La historia se repite. Una vez más, Ke$ha, ha hecho un temazo con un videoclip de mierda. Nos esperábamos ver chulazos por todos lados, y esa fue la primera desilusión al ver el videoclip. No solo no hay chulazos, sino que el tío que la acompaña es normalito tirando para feo, como ella.
El video tiene comienzo con una conversación entre Ke$ha y dos unicornios. Sí, leéis bien. Ahora los unicornios no solo son animalitos adorables con cuernos en la frente, sino que son animalitos capaces de entender a la chica hablando borracha. Sí, Ke$ha se ha dado un homenaje y se ha tomado todas las pirulas que su camello le había dado.
Para que quede claro que el video es un claro tributo a la gente con problemas con "ciertos polvitos blancos" y demás, al principio también podemos ver a la nena aceptando lo que se ve claramente que es un éxtasis, disfrazado de canapé de queso, que un camarero le ofrece. Así yo también entiendo a los unicornios, a las ardillas, y a todo ser que se me ponga por delante encanto.
Ke$ha, esa cantante que hace un tiempo nadie daba un duro por ella y de la que todos pensábamos que acabaría volviendo al centro de rehabilitación del que se había escapado, resulta que sorprendentemente no solo vuelve con el pelo limpio, gesto que se agradece, ni acompañada por un hombre que obviamente es incluso más femenino que ella, sino que lo hace con pistolas que tienen pinta de ser carísimas. Os hablo de pistolas que al disparar irradian luz de arcoiris, casi nada. Por otro lado solo he de añadir que esos efectos especiales que podemos ver en el video seguramente sean obra de los creadores de Avatar. (Modo Ironía ON). Pues nada, aquí os dejamos con el video de una de las chicas más anti-morbo del mundo de la música.
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